Me costaba reconocer que estaba despierta. No sabía bien como. me encontraba en el asiento trasero de un coche de la guardia urbana.
Recordaba el zumbido del timbre de casa en la oscuridad de la noche y la breve conversación a través del interfono;los minutos eternos mientras elegía un calzado cómodo y la idea de no llevar el cinturón adecuado, mezclados con la angustia de la incertidumbre, y la pesadez de las piernas al bajar las escaleras.
Enseguida reconocí la foto.
-"Es Kiu, pero no le conozco apenas, no sé nada de él". -Les expliqué.
Me rogaron que les acompañara.
-"Lleva horas llamándola, repitiendo a gritos esta dirección".-dijeron.
Preferí no hacer preguntas y cerré los ojos, Temía que al salir de la duermevela del sueño interrumpido apareciera el miedo.
Cuando se paró el motor del coche oí el seco sonido de las olas del mar y la voz de Kiu a través de los muros.
Entramos al edificio, que tenia el aspecto de una vieja casa de vacaciones mas que de asilo, y allí, sentado en un banco de la entrada, estaba él.
-Soy Kiu, mitad andaluz mitad "frgancés", ella os lo dirá.- Repetía.
Me acerqué tendiéndole las manos.
- Ya estoy aquí, Kiu, he venido a buscarte. - Le dije
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